Este libro es el resultado de un viaje fascinante por la intuición creadora de Eduardo Chillida. La investigación de la que nació, encontró que la geometría estaba en el sustrato de su personal abstracción y que no aparecía como un «a priori», sino como uno de los componentes básicos de la mente del escultor. Aparecieron trazados reguladores, juegos de contrastes diversos, simetría o asimetría y congruencias musicales. Y todo ello sin intención, sin el menor signo de haber sido deliberadamente utilizado. Estos mimbres compositivos que el cerebro del espectador detecta, son el germen de la comprensión y, quizá, una puerta por la que entrar a disfrutar del arte de Chillida.