"Había una vez, en un lugar muy lejano, hace muchos, muchos años". Todo lo que sigue es verdad de acuerdo con las normas del reino maravilloso y, fuera del mismo, es verosímil. Detrás de los muros de la fantasía está el mundo para el cual hay que prepararse y, como exponen los relatos, más allá del territorio profano y contingente hay una existencia inagotable que de él depende. Los vestigios del sentido sagrado asoman en presencias aparentemente aleatorias, de seres intermedios, de animales mágicos, de elementos de la naturaleza que enfrentan al hombre con las causas últimas del universo.