La tendencia de los medios de comunicación a enfocarse en el drama y el conflicto favorece que los ciudadanos se sientan impotentes ante los problemas sociales, cercados por la crispación política, la desconfianza y el miedo. La obra se descubre como un urgente alegato en favor de un periodismo hoy más necesario que nunca, que practique la escucha paciente y estimule una conversación social en la que participen todas las voces. El autor plantea, además, una invitación para que profesionales y ciudadanos reflexionemos juntos sobre qué periodismo necesita hoy la sociedad.