Según una clásica definición el hombre, es un animal racional: la racionalidad nos distingue de los demás seres, por la que podemos conocer la verdad y orientar nuestra libertad conforme a ella. Pero el ejercicio de la razón tiene sus reglas: si se siguen correctamente nos hacen avanzar en la verdad; pero si las usamos mal llegaremos al error o a la falsedad. Por eso la Lógica, sin ser la disciplina filosófica más importante, es un instrumento imprescindible para crecer en el conocimiento de la verdad. Por su parte, la Filosofía del lenguaje caminó junto a la Lógica durante muchos siglos: las leyes lógicas se descubrían y analizaban en una lengua determinada pues el pensamiento viene expresado por el lenguaje. Con el lenguaje comunicamos la verdad, crecemos en sabiduría y fortalecemos los lazos sociales, pues compartimos no sólo la verdad de las cosas, sino también nuestros valores éticos o religiosos. El objetivo de estas páginas es modesto, pero importante: ayudar a agudizar el sentido crítico tanto en la propia argumentación como en la ajena. De esta manera se estará en condiciones de contribuir al rigor de la discusión. Además, este breve texto se propone establecer los fundamentos para que un alumno de Teología pueda cultivar con fruto la ciencia sobre Dios. José Ángel García Cuadrado es Profesor Ordinario en la Facultad Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra.