Las centrales nucleares han estado en el punto de mira de la opinión pública desde su construcción. En los años 60 algunos países apostaron por la energía nuclear y visionaron un escenario de desarrollo y progreso. Lo que posiblemente no imaginaron era que la tesitura con la que se encontrarían décadas después: una contestación social fuerte que pide el cierre de las plantas nucleares Hoy en día la energía nuclear es una opción viable para el suministro eléctrico de muchos países debido a algunas ventajas que tiene su proliferación y que han señalado los expertos: es una fuente de energía que garantiza el suministro; en su producción no se emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera; con un impacto socioeconómico relevante en los entornos donde se asientan las plantas atómicas; y con controles de seguridad por parte del organismo regulador. Sin embargo, los antinucleares centran su discurso en la gestión de los residuos radioactivos y en las terribles consecuencias que supusieron los grandes accidentes de la historia nuclear civil. La opinión pública se posiciona en contra de la energía nuclear cuando pondera el riesgo-beneficio aunque, según las encuestas, aumenta el apoyo si tienen un mayor conocimiento sobre esta fuente de energía. ¿Será el sector nuclear y sus centrales de producción capaces de reparar esta crisis de legitimidad? En este libro se sientan las bases de la Comunicación Nuclear y se realiza una propuesta de comunicación estratégica para centrales nucleares, con el fin de contribuir a reparar el vacío informativo que existe entre el sector atómico y sus diferentes stakeholders