La Escuela de Altamira es una iniciativa de vanguardia que promovió la renovación del arte español con la introducción de la abstracción y la integración de las artes a través de la arquitectura. La propuesta de Mathias Goeritz, que encontró en las pinturas rupestres de Altamira una inspiración para un Arte Nuevo, tuvo como principales impulsores a Pablo Beltrán de Heredia y Ricardo Gullón; y contó con el patrocinio del Gobernador de Santander. El grupo aunó a pintores, escultores, poetas, historiadores, arquitectos y críticos de arte, que establecieron un puente entre la actividad de generaciones anteriores y posteriores a la Guerra Civil española. Entre sus miembros cabe destacar a Ángel Ferrant, Eduardo Westerdahl, Sebastià Gasch, Llorens Artigas, Rafael Santos Torroella, Alberto Sartoris, Luis Felipe Vivanco y Luis Rosales.