Este libro no es un ensayo sobre Psicología ni un tratado de Teología Bíblica. Esta obra no pretende ser un libro de autoayuda. La teoría forma, pero el testimonio transforma. Aquí el lector no va a encontrar fórmulas mágicas ni propuestas de ejercicios psicológicos, sino un testimonio de los milagros que la oración a través de la Biblia puede obrar en una persona cuya imagen de sí misma esté profundamente deformada. Es una invitación a una aventura, a la aventura de sumergirse en el único libro cuya lectura provoca escuchar la voz de quien lo ha inspirado, la voz de alguien que te ama con locura.