Dios es deportista cuenta veinte historias inspiradoras que reflejan la presencia del espíritu divino en el mundo del deporte. Y es que Dios, ser creador por naturaleza, ha querido insertar en el sistema operativo de su obra maestra el juego como elemento básico de aprendizaje. Los últimos papas han insistido y continúan haciéndolo en el valor del deporte para mejorar a las personas y a la sociedad, para construir un mundo más humano y pacífico, para hacer llegar a las periferias el mensaje cristiano del amor a los demás. En estas páginas se encuentran también desarrolladas algunas de estas ideas que la Iglesia quiere hacer llegar a cuantos forman la familia del deporte: deportistas, entrenadores, profesores, periodistas, aficionados, árbitros y dirigentes.