Es sabido que, en la concepción metafísica de Tomás de Aquino, la estructura que conforma el ente obedece a una doble composición: la de materia y forma (substancia), por un lado, y la de la substancia ya constituida y el esse (ser). A lo largo de la historia han sido diversos los modos en que sus seguidores han comprendido esta doble composición. La Escuela dominicana, especialmente Tomás de Vío (Cayetano), ha sido sin duda la que más ha dejado sentir su influjo en la interpretación tradicional del tomismo.