La realidad como performance virtual es el escenario teatral, el hábitat omnipresente como trampantojo del nuevo homo mediaticus. La conciencia, el conocimiento y la convivencia social corren el riesgo de romper su anclaje en la autenticidad. El engañoso ciberespacio es un sistema comunicativo que reclama ser embridado por la verdad. Distinguir conocer y conocimiento son claves en el quehacer periodístico, con el fin práctico de relatar lo noticioso como hecho y no como intuición falaz y efímera. En este texto se plantea el problema del conocimiento informativo en cuanto intuición y percepción de los acontecimientos noticiables, inviable sin un criterio previo de selección. No deja de sorprender que el filósofo Immanuel Kant advirtiera de la necesidad de encontrar y exponer el ensamblaje entre la realidad, la intuición profesional, la lógica formal, los elementos del interés informativo, la veracidad y la difusión de las audiencias tan amplias como interconectadas. La pregunta obligada para el lector es averiguar si Kant escribió como se afirma en Crítica de la Razón Comunicativa, o estamos ante un relato imaginado, una especie de cuento. La respuesta nos la da el mismo filósofo al distinguir dos elementos en el conocer: lo dado y lo puesto.