Se relata en este libro cómo se produjo un gran cambio histórico: el tránsito de un dilatado periodo inicial, en que, al margen de los territorios, los diferentes ritos determinaban la composición existencial de las comunidades cristianas, congregadas en torno a su propio obispo –como también las destinatarias del ministerio de los presbíteros a ellas pertenecientes–, a otro posterior en que, suprimida la pluralidad de ritos, solo pudo contarse con los territorios para la determinación de las comunidades receptoras de los referidos ministerios. Esperamos que este mejor conocimiento de las comunidades de rito propio contribuya, no solo al reconocimiento de su relevancia histórica, sino también a un mejor conocimiento de las dimensiones teológica, canónica y ascética de los ritos.