Corría el año 1980 cuando surgió una oleada de iniciativas en diferentes ámbitos de la sociedad nacional que afectó también al mundo del deporte. Es ahí donde llama poderosamente la atención lo que sucedió en el pueblo navarro de Irurtzun y su entorno. ¿Cómo se puede explicar que un pueblo de poco más de dos mil habitantes haya dado multitud de deportistas de alto nivel en diferentes disciplinas deportivas?
Algunos pueden pensar que es el azar, pero lo que es verdad es que en esta localidad existían unos ingredientes especiales. El principal, según el autor, es el «espíritu deportivo» que siempre aparece y ha aparecido detrás de la historia de los grandes deportistas.
Partiendo de semillas deportivas sembradas en el pasado en Irurtzun, algunas de ellas tan exitosas como el mítico Club Ciclista Reynolds o el Club Deportivo Xota de fútbol sala, surgieron frutos en forma de medio centenar de deportistas de alto nivel, que además tuvieron contacto con su colegio, Atakondoa.
Este libro no pretende extenderse en comentar los logros conseguidos por estos deportistas, sino sacar a la luz los ejemplos del espíritu deportivo, de la deportividad, que les rodearon en su camino hacia el éxito. Y dar a conocer algunas de esas historias que han enriquecido y originado lo que en ocasiones se denomina el espíritu deportivo de las Dos Hermanas.
Alegrías y penas, triunfos y frustraciones, puesta en práctica de valores y contravalores. Así es la vida y así es el deporte, una auténtica escuela para la vida.