El imaginario colectivo respecto a las atribuciones de los hombres y mujeres evoluciona de acuerdo con la capacidad de la sociedad de reflexionar y hacer autocrítica de determinados comportamientos. Se necesitan décadas para conseguir la igualdad real, puesto que este imaginario es resistente al cambio y no es permeable a la crítica. Para transitar hacia una sociedad más igualitaria, recogida en el Pacto de estado contra la violencia de género, y asumiendo la responsabilidad que tienen las universidades de sensibilizar y detectar situaciones en las que se puedan vulnerar los derechos de la mujer, se genera investigación y formación en materia de igualdad.