Aunque algunos pretenden ampliar el número de géneros y crear una amplia gama de opciones, el objetivo último de la teoría de género no es fomentar la diversidad. Al fin y al cabo, esta requiere diferencias objetivas. El objetivo es borrar la diferencia sexual y, por tanto, eliminar el significado del cuerpo. ¿Cuál es el origen de todo esto? El Concilio Vaticano II profetizó la crisis de identidad sexual de nuestra cultura al afirmar: «Por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida» Aunque la Teología del Cuerpo se escribió antes de que se popularizaran muchas de las modernas ideas de la teoría de género, se adelantó a su tiempo al ofrecer una respuesta clara para ellas (y para otras muchas cuestiones clave sobre la sexualidad y el cuerpo).