Gracias a Emmanuel Mounier, la reflexión sobre las “dimensiones de la persona” ha entrado entre los temas de la antropología filosófica. Sin embargo, hasta ahora no existía un estudio completo que arrojara luz sobre el desarrollo histórico y el contenido especulativo de ese argumento. En “Fundamento en movimiento. La antropología de las dimensiones de la persona”, el autor presenta una visión antropológica global que surge como fruto maduro del diálogo entre la tradición aristotélico-tomista y la renovación antropológica contemporánea. Tiende, además, un puente de diálogo con las ciencias humanas y con quienes hoy se interesan por la cuestión del significado y futuro del ser humano. Lo que propongo aquí es, pues, una antropología filosófica. Para ser más preciso, se trata de una antropología modal. Esto significa que no aborda directamente las cuestiones relativas a los fundamentos de la antropología, como hiciera la antropología de los grandes maestros griegos, la escolástica medieval y varios autores contemporáneos.