Aunque los autores no niegan la legitimidad filosófica de conversar con los filósofos del pasado a la luz de nuestras propias preocupaciones e intereses, sugieren que no deberíamos perder de vista el contexto histórico en el que sus ideas fueron propuestas y los términos mismos en los que ellos las formularon. La presente exposición no pretende ser la transmisión puramente objetiva de un pensamiento filosófico que pertenece a una época muy distante y aparece a menudo envuelto en enigmas, pero constituye una invitación a que el lector se adentre en la lectura de los textos y, sobre esa base, los confronte, a la luz de la interpretación ofrecida, con el esfuerzo hermenéutico desarrollado tanto por los autores como por la amplia tradición académica a la que nos remiten.