El autor nos presenta a María, Madre de Dios, como modelo de la fe, de la esperanza y del crecimiento en el amor divino, a través de los misterios de gozo, de dolor y de gloria. Ella, como Madre nuestra también, nos ayuda, con su ejemplo, a vivir mejor los misterios de la fe, la esperanza y el crecimiento en la caridad. La Virgen es luz y guía segura en el camino de nuestra vida cristiana.