Este libro se dirige, ante todo, a cristianos corrientes que, pese a sus limitaciones, se afanan día tras día por mejorar la calidad de su amor. También será útil a quienes estén menos familiarizados con la vida cristiana. ¿Quién no busca la paz interior, la autoestima sin engaños o una mayor capacidad de amar?
En la primera parte, el autor anima a adoptar una actitud positiva y realista hacia uno mismo, una humilde autoestima. La conducta opuesta, el orgullo, genera conflictos y compromete la calidad de todos nuestros amores. La segunda parte muestra cómo el Amor de Dios contribuye a solucionar de modo estable los desastres del orgullo, devolviendo a la persona su auténtica dignidad.
El Amor revelado por Cristo es capaz de purificar nuestros amores y colmar los anhelos más profundos del corazón. Ya en esta vida, ese Amor nos concede la mayor felicidad.
Crítica:
«Este ensayo, a la vez reflexivo y didáctico, contiene un análisis de la madurez humana y del amor ideal, así como una serie de remedios para quienes tienden al perfeccionismo y se desaniman fácilmente al constatar sus fallos.»
José Manuel Mañú, Aceprensa