El consumo de pornografía es adictivo, reclama imágenes cada vez más explícitas y violentas, desgarra vidas y daña la moral de la sociedad. Está en manos de sus ciudadanos solucionarlo.
El consumo de pornografía es adictivo, reclama imágenes cada vez más explícitas y violentas, desgarra vidas y daña la moral de la sociedad. Está en manos de sus ciudadanos solucionarlo.