Acudiendo a los escritos de los grandes orantes de la historia y a la experiencia de diversas personas, el autor nos ofrece aquí pistas para aprender a comunicarse con Dios a diario: la importancia del silencio, la paz interior y el recogimiento, saber escuchar, orar con la Escritura, pasar ratos ante la Eucaristía, etc.
Crítica:
«El libro es fruto de una larga experiencia pastoral, y ha sido diseñado con un enfoque muy práctico: ofrece numerosas pistas para lanzarse por cuenta propia a la aventura de aprender a orar: por ejemplo, la importancia del silencio, la búsqueda del recogimiento y la paz interior, el deseo de escuchar al Señor, la tradición que enseña a orar con la Escritura, la adoración de la Eucaristía, etc.»
Felipe Izquierdo, delibris.org