El Tratado de Versalles dio pie a que conectaran dos potencias hasta cierto punto perdedoras: la Alemania de Weimar y la URSS. A través de contactos siempre clandestinos y saltándose las reglas de la Comisión Aliada para el desarme de Alemania, alemanes y soviéticos establecieron bases de entrenamiento en territorio ruso. Cuando llegó Hitler al poder en 1933, el ejército alemán, lejos de limitarse a la función policial requerida por Versalles, es ya una fuerza en expansión. Con él los contactos se truncan, pero el apoyo soviético se mantendrá presente hasta poco antes de la invasión germana. El autor relata la capacidad de combate de las unidades alemanas a escasos años de la implantación del III Reich y la negativa de Stalin a creer que el ataque alemán fuera real. FERNANDO DEL CASTILLO DURÁN (Barcelona, 1961) es catedrático, doctor en Filología Hispánica y miembro del Centro de Estudios de la América Colonial (CEAC) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Entre sus libros, cabe destacar Los locos de Felipe II y Crónicas de Indias, y las novelas El organista de Montmartre, El sable torcido del general y Lepsis, con la que obtuvo el premio Ámbito de novela.