Un genial violinista de aspecto descuidado sorprende con su música extraordinaria a los asistentes a una fiesta. Uno de ellos decide protegerle, sin valorar bien las consecuencias.
El joven Delessov asiste a una fiesta con sus compañeros. Comienza a aburrirse, hasta que hace entrada en la sala un hombre mal vestido y descuidado. Se llama Alberto, y es músico. Su mirada resulta extraña, y cuando toca el violín se transforma, haciendo experimentar sensaciones nuevas a quienes lo escuchan. Delessov se plantea ser su protector, sin valorar bien las consecuencias de su decisión.
La crítica ha dicho:
«En este brevísimo y magistral relato, el talento musical —y el difícil carácter que suele acompañar a todo talento musical— de un dotado violinista condenado por su irremediable alcoholismo, permite al genio ruso reflexiones sobre la capacidad evocadora de la música, su conexión con las más encendidas pasiones, y la fatalidad de un virtuosismo mal dirigido.»
Fernadno Bonete, COPE.