La existencia humana apenas supone un único tictac en el reloj del tiempo geológico, y aun así hemos cambiado el planeta hasta dejarlo irreconocible. Tal vez, si logramos entenderlo mejor, trataremos a nuestro mundo con más respeto.
La existencia humana apenas supone un único tictac en el reloj del tiempo geológico, y aun así hemos cambiado el planeta hasta dejarlo irreconocible. Tal vez, si logramos entenderlo mejor, trataremos a nuestro mundo con más respeto.