Los mitos viejos están siendo sustituidos por nuevos mitos, publicitados por la sociedad de mercado para convertir la actividad sexual en un producto más de consumo. Usamos el término mito no en el sentido de la cultura clásica, sino entendiéndolo como «falsas creencias sobre la sexualidad», cuando estas se generalizan o son defendidas por religiones, grupos de personas y algunos profesionales como si fueran indiscutibles. Por ejemplo, el viejo mito de la monogamia y el nuevo del «poliamor», como si la naturaleza nos obligara a adoptar un tipo de vida amorosa concreto. Ambas diversidades se convierten en falsas creencias o mitos cuando presentan la monogamia (como hacen las religiones judía y cristiana) o el poliamor (como hacen en la actualidad algunas corrientes sociales) como las formas más adecuadas de vida sexual. La realidad es que una persona puede tener una vida amorosa monógama o poliamorosa, las dos son diversidades sexuales. Siempre que sea con principios éticos, corresponde a cada persona tomar decisiones en libertad sobre su biografía sexual. La sexualidad humana está en el reino de la libertad, podemos y debemos decidir con libertad nuestra vida sexual y amorosa. La ética son los buenos usos de la libertad, los que favorecen la vida buena de la que hablara Sócrates. Para ello, son necesarias tres condiciones básicas: conocimiento frente a la ignorancia y los mitos; condiciones personales y sociales para poder decidir con libertad, y educación sexual. Estas condiciones nos permitirán construir nuestra biografía sexual y amorosa con libertad y ética. Esta obra invita a reflexionar y poner en duda los viejos y los nuevos mitos sobre la sexualidad. Ser libre y ético es nuestro mejor destino humano. ¡Atrevámonos a pensar!