En las sociedades del bienestar características de los países desarrollados, cada vez se hace más evidente la existencia de bolsas de marginación y pobreza de marcado carácter estructural. Las familias multiproblemáticas, nutridas de emigrantes, desempleados, pequeños delincuentes y otros personajes emblemáticos de la marginalidad, pueblan esos ghettos coloreándolos con tintes casi tan específicos como los que antaño ilustraban la relación de los psicóticos crónicos con los manicomios. Los servicios sociales y sus profesionales encarnan el mandato social de trabajar contra la marginación facilitando la integración cultural (sanitaria, laboral, escolar, jurídica, económica, etc.) de unas personas que distan de desearla unánimemente. En tan ardua tarea, convertida en frustrante cuando se asimila a una lucha de imposible victoria, los instrumentos sistémicos constituyen una importante fuente de recursos tanto para la formación de los profesionales como para el trabajo social y psicoterapéutico con los usuarios. En el marco de la Ciutat Vella de Barcelona, la experiencia que sirve de referencia a este libro fue una ocasión privilegiada que permitió, durante casi tres años, un fructífero contacto entre esos tres elementos: la familia multiproblemática, los servicios personales y la intervención sistémica.