No hay mayor aventura que dar la vuelta al mundo en el patio de tu casa, o recorrer la selva por el jardín de tu abuela, o atravesar el mar nadando en tu bañera...
No hay mayor aventura que dar la vuelta al mundo en el patio de tu casa, o recorrer la selva por el jardín de tu abuela, o atravesar el mar nadando en tu bañera...