Hemos cambiado el humilde conocimiento de las cosas más importantes por la certeza absoluta de las cosas más triviales. Diríase que el padre Torelló, amigo y discípulo de Escrivá de Balaguer, se dedica en este libro a dar una auténtica lección de lo que significa el humilde conocimiento de la familia, reconociendo abiertamente que “no es que el mundo se haya cansado de la imagen de la familia cristiana, sino de sus escasos frutos”, para a renglón seguido hacer un repaso sistemático de la realidad antropológica y espiritual de todos los actores de la familia cristiana, en un intento sereno y apasionado de redescubrir la dignidad y la trascendencia de la célula madre de nuestra sociedad, reconocida como sacramento por la Iglesia de Jesús, advirtiendo de la encerrona a la que ha sido sometida por los diversos positivismos. Rigurosa y esperanzada llamada de atención a los cristianos, Torelló compromete sus mejores dotes de psicólogo y pedagogo, su incansable optimismo, y la extraordinaria lucidez de sus argumentaciones, en una reflexión que dialoga sin cesar con el pensamiento del siglo XX y que abarca todos los aspectos de la familia cristiana: el papel del padre en la actualidad, la honorabilidad específica de la mujer, la sexualidad y la castidad, la personalidad del no nacido, la crisis del adolescente y la dignidad de la persona anciana, entre otros, todo ello bajo el común denominador del amor como experiencia de transformación personal y social, y de la imperiosa necesidad de reorientar la educación hacia el horizonte de la virtud y la trascendencia del ser humano.