"La vida consagrada, enraizada profundamente en los ejemplos y enseñanzas de Cristo el señor, es un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espíritu. Con la profesión de los consejos evangélicos los rasgos característicos de Jesús-virgen, pobre y obediente-tiene una típica y permanente "visibilidad" en medio del mundo, y la mirada de los fieles es atraída hacia el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la historia, pero espera su plena realización en el cielo.