Nunca fue tan acertado un título como el de este libro. En verdad que fue largo, ancho, alto y profundo el amor que a su Dios, a su Iglesia, a su orden del Carmen, y a sus prójimos tuvo esta maravillosa mujer. La pluma de un autor consagrado y el derroche de fotografías a todo color hacen que sea una delicia tomar este libro entre las manos.