Dos son los principales obstáculos con que se topan los muchos buscadores de los escritos de san Juan de la Cruz: la radicalidad de su mensaje y la imposibilidad de lograr una visión clara y armónica del mismo. La primera hay que asumirla sin más, por la radicalidad misma del Evangelio. La segunda exige una preparación adecuada, la comprensión global y la ordenación sistemática de una doctrina que tuvo que impartir el Santo en unas circunstancias muy poco propicias a tal sistematización.