Estos textos no son comentarios homiléticos propiamente dichos. Son, más bien, meditaciones profundas que nos llevan a entrar sin cesar en contacto con su intuición de la presencia y de la santidad de ese Señor al que honramos de manera especial el domingo. No obstante, los textos de Isabel han sido elegidos en función del carácter propio de los diversos domingos y de sus respectivos evangelios.