Ramón Etxeberria fue un sacerdote guipuzcoano que sobresalió por dos cosas: hablaba como un ángel y la gente decía que era un santo. Cuando hablaba, parecía que venía del cielo y que desde ahí traía mensajes divinos. Era un poeta; y veía la vida de distinta manera. Y era un santo; lo decía la gente, que cuando habla de las virtudes o defectos de las personas acierta siempre. Su vida, sus palabras, sus hechos permanecen vivos en la memoria de cuantos lo conocieron. Esta obra quiere dar fe de ello y ofrecer, junto a lo más destacado de su biografía, valiosos testimonios de este recuerdo.