Francisco de Borja es una de las figuras más sugestivas de la historia de España y de la Compañía de Jesús. Fue amigo y consejero de Carlos V, virrey de Cataluña, Duque de Gandía, Grande de España y, más tarde, jesuita ejemplar, segundo sucesor de San Ignacio en el gobierno de la Orden y hombre providencial en la consolidación definitiva de la Compañía. El autor de estas páginas, con estilo sobrio y denso, en contacto siempre con las fuentes, sin tejer panegíricos ni entrar en polémicas, traza el perfil del hombre y del santo, y nos lo presenta como grabado en relieve sobre la España de Carlos V y de Felipe II. Es la historia de un alma hambrienta de Dios, modelo de humildad y de renuncia a las grandezas del mundo, de vida de oración y penitencia y de confiada entrega a la voluntad del Padre en la hora oscura de la soledad y la incomprensión. No fueron simples palabras las que Francisco de Borja pronunció ante el cadáver desfigurado de Isabel de Portugal: «Nunca más serviré a un señor que se me pueda morir». Fueron el lema y el programa de una vida consumida por el celo de la gloria de Dios.