El siglo XX habrá sido, en la historia de las culturas, ese momento en el que todos los rostros de la feminidad —costilla tan a menudo oculta y anónima de la humanidad— han impuesto su presencia a la conciencia común, como nunca antes había ocurrido en el pasado. Hasta llegar a este punto, las mujeres han ocupado el lugar que corresponde a los vencidos o, al menos, a los dominados. Las religiones han contribuido a ello, en muchos casos con celo. Esta obra se adentra, documentada y sintéticamente, en esta historia, desentrañando las visiones y papeles que la mujer ha tenido en el cristianismo y, a través de él, en la cultura occidental.