Antes que un libro de poesía, esta obra es un valioso instrumento de oración. El autor emplea ese don que Dios le ha dado para decir en sonetos lo que se resiste a ser comunicado en el lenguaje ordinario. El lector experimentado descubrirá, bajo estos retazos de vida, una jugosa teología ascética y mística que nos transmite por contagio, agradecido por la fe que embellece y da pasión a su existencia. Joaquín Fernández pone en manos de los demás el tesoro más valioso y más preciado: su experiencia de fe y su relación con Dios.