«La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre. En este admirable Sacramento se manifiesta el amor ¿más grande?; aquel que impulsa a ¿dar la vida por los propios amigos?: En efecto, Jesús ¿los amó hasta el extremo?: Con esta expresión, el evangelista presenta el gesto de infinita humildad de Jesús: antes de morir por nosotros en la cruz, ciñéndose una toalla, lava los pies a sus discípulos. Del mismo modo, en el Sacramento eucarístico Jesús sigue amándonos ¿hasta el extremo?: hasta el don de su cuerpo y de su sangre» (BENEDICTO XVI, "Sacramentum caritatis", 1).