Nada en nuestro mundo tiene vocación eremítica, de aislamiento insolidario. Todo tiene vocación de casa, de comunión. ¡En todo alienta el Espíritu, el Viento de Vida! La reflexión sobre la casa del Espíritu, su morada, es el núcleo de este libro.
Nada en nuestro mundo tiene vocación eremítica, de aislamiento insolidario. Todo tiene vocación de casa, de comunión. ¡En todo alienta el Espíritu, el Viento de Vida! La reflexión sobre la casa del Espíritu, su morada, es el núcleo de este libro.