Al comienzo del nuevo milenio, en el contexto de profundos cambios que embisten al mundo educativo y escolar, la Santa Sede desea compartir algunas reflexiones, ofrecer algunas orientaciones sobre la presencia de las personas consagradas en la escuela. Este documento se dirige a los miembros de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica comprometidos en la misión educativa de la Iglesia.