El estudio de los "fundamentos bíblicos" o de la "inspiración bíblica" de la vida consagrada nos lleva a comprender que el origen carismático y el desarrollo histórico de la vida consagrada no se explica sin una relación profunda y permanente con la lectura orante de las páginas sagradas. En efecto, la vida religiosa no se entiende sin una referencia íntima y constante con la figura de Jesús, especialmente testimoniada y reflejada en los Evangelios. A largo de los siglos, los fundadores y fundadoras sintieron que Dios les hablaba en las Escrituras, se sintieron interpelados e impelidos por el "hablar de Dios consignado en las páginas inspiradas" (Dei Verbum, 9). La vida religiosa, en sus ricas y multiformes variantes, emana carismáticamente de la Biblia leída, meditada, orada y vivida.