Lo distintivo de la vida religiosa, como de cualquier realidad humana, se ha de buscar en la relación que mantiene con su entorno, con la realidad. Por ello es importante comprender la vida consagrada dentro de la Iglesia toda. Solo en el marco eclesial puede comprenderse su esencia. Nunca de forma aislada. Este libro quiere ser una sencilla invitación a contemplar el misterio de Dios en la vida. Solo Él la hace "consagrada" o "religiosa". Lo que nos interesa es "lo que le da a esta vida consagrada su consistencia, identidad vital, permanente razón de ser". Desde ahí, el autor ofrece una eclesiología aplicada a la vida consagrada, tratando de describir, humildemente, el lugar que esta ocupa en la casa o familia común a la que llamamos Iglesia.