Con esta nueva Carta de la CIVCSVA se completa el itinerario de iluminación iniciado con la Carta Alegraos al comenzar el año de la vida consagrada. Anunciad incide en la dimensión misionera de la vida consagrada. Al hilo de la comprensión actual de la misión y de la evangelización en “esta nueva etapa misionera de la Iglesia” (Evangelii gaudium), se hace notar la inspiración del papa Francisco.En efecto, la vida consagrada es misión. La dimensión misionera es intrínseca a esta peculiar forma de vida cristiana. Interpelada por los problemas actuales y por el necesario compromiso para dar respuestas de fe y esperanza a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, la vida consagrada quiere ofrecer al mundo el testimonio de amor y misericordia recibido de Dios y propagarlo hasta los confines de la tierra en todo lo que es y en aquello que proyecta en sus obras.