La crisis de disminución numérica y envejecimiento que estamos viviendo en la vida consagrada ¿es, sin más, una experiencia de derrumbe y fracaso, como apuntan los críticos de la vida religiosa, o es una oportunidad para alumbrar un nuevo futuro? El autor quiere dar una respuesta a esta pregunta, interpretando lo que está sucediendo y proponiendo un cambio radical de actitudes y estrategias: un verdadero proceso terapéutico.