El Via Crucis es un acto de piedad significativo e importante en la oración de muchas comunidades cristianas. Durante la Cuaresma y la Semana Santa, especialmente, recorremos junto a Jesús la tradicional vía dolorosa, camino salvífico hacia el calvario, en oración confiada y en un tono de penitencia y conversión. El papa Francisco nos ha invitado nada menos que a un Sínodo sobre los jóvenes y las vocaciones. Hemos de dejar de lado el lamento por la escasez de vocaciones y mirar hacia adelante, orando y creando espacios para que Dios siga hablando a los jóvenes de hoy. Nuestra oración y nuestro testimonio, sin duda, son del todo necesarios. Este Via Crucis puede ser una buena ayuda y un buen camino de acercamiento a Jesús y a los hermanos. Al recorrerlo, nos unimos en oración a toda la Iglesia y a tantos jóvenes que buscan responder esta pregunta: "Señor, ¿qué quieres de mí?". Antonio Bellella Cardiel, Aranda de Duero (Burgos). Misionero Claretiano, sacerdote. Licenciado en Historia de la Iglesia (Univ. Gregoriana de Roma). En la actualidad es profesor titular de "Historia de la Vida Religiosa" en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid así como profesor invitado para la misma materia en el Instituto de Teología de la Vida Consagrada "Claretianum" de Roma. Adrián de Prado Postigo, Misionero Claretiano sacerdote. Licenciado en Filología Hispánica, en la actualidad se dedica principalmente al estudio de la teología y a tareas en el ámbito de la pastoral juvenil.