Desde el 1 de febrero de 2021 se desarrolla en Myanmar una tragedia que afecta a un pueblo entero: los militares han vuelto a tomar el poder por la fuerza y están ahogando en sangre las protestas. La lucha de millones de personas empeñadas desde hace meses en protestar pacíficamente, reivindicando la libertad y la democracia, raramente encuentra espacio en los medios de comunicación. No entra en la agenda, no conmueve. Sin embargo, el 28 de febrero sucedió algo extraordinario: las televisiones y las páginas de internet de todo el mundo mostraron las imágenes de una monja que, de rodillas y con las manos unidas en oración, imploraba a un pelotón de policías que no disparase sobre los manifestantes. «Es necesario que se despierte esta conciencia: nadie es tan pequeño que no pueda hacer nada por la paz. Artesanos de la paz son todos aquellos que, en el mundo actual, viven los sentimientos de pertenencia a una misma y única humanidad, y viven el sueño de construir juntos la justicia y la paz» (del Prefacio del Card. Matteo Maria Zuppi).