Preocupada por la alarmante situación de pobreza que se vive en América Latina y por el espíritu de insensibilidad causada por una sociedad de competencia y consumo, Elsa Tamez pretende motivar a los cristianos a solidarizarse con los más desfavorecidos a través de una lectura sencilla, exegética y apasionada de la Carta de Santiago.