El acompañamiento de los padres, constante y esperanzado, en la formación cristiana de sus hijos hará posible que el amor a Dios eche de verdad raíces en el alma de los adolescentes.
El acompañamiento de los padres, constante y esperanzado, en la formación cristiana de sus hijos hará posible que el amor a Dios eche de verdad raíces en el alma de los adolescentes.