Santo Domingo de Guzmán no dejó ningún tratado ni una enseñanza explícita sobre la oración. Pero sus primeros hermanos en la Orden de Predicadores, los dominicos, fueron testigos de que oraba continuamente. Eran oraciones cargadas de gran fuerza expresiva. Los primeros dominicos fueron transmitiendo estos modos de orar mediante pequeños folletos ilustrados donde quedaron recogidos los famosos 9 modos de orar de santo Domingo. Este libro se inspira en santo Domingo y en su espiritualidad para entrar en el camino de la interioridad.