Pocos autores espirituales como el de esta obra y de muchas otras, corredor de miles de caminos de Oriente a Occidente, creador del movimiento intercesor “Manos alzadas”, etc., para enseñarnos con experiencia y senci-llez a conjugar el verbo interceder. Interceder (del latín inter y cedere) significa posicionarse entre, mediar, inter-venir para solucionar un problema. En el mundo de la oración cristiana significa hacer de puente entre Dios y los hombres; convertirse en canal de doble dirección, por el que las aspiraciones de los hombres suban a Dios y la gracia divina fluya a los hombres. La alabanza y la intercesión: sus dos alas para ivolar en el espíritu.