Repasada la nutrida antología de la presencia de la mujer en la Biblia se llega a una primera impresión: son escasas las oportunidades en que esta presencia tiene un valor protagónico. La mujer suele entrar en el relato como "la esposa de", "la concubina de", o también como "la madre de". Sin embargo, la mujer aparece en la his-toria de la humanidad -tal y como lo cuenta la Biblia- en el momento en que el Creador juzga que la obra huma-na no le ha quedado perfecta. El hombre solo no tiene futuro. Las páginas de esta obra nos servirán para com-prender los sinuosos y hasta penosos avatares del protagonismo de esa mujer que le dio como compañera. Hasta que, paso a paso, lleguemos con el texto sagrado a la presencia de María. Con ella, y dentro de la su-prema sencillez con que el Evangelio se refiere a la madre de Jesús, se agota la dinámica femenina bíblica y su influencia en la marcha de la humanidad.