Con una producción poética muy reducida. San Juan de la Cruz ha sido encumbrado a la cima de la lírica es-pañola. Donde no ha llegado su mensaje espiritual se estudian y gustan sus versos incomparables. Están vincu-lados a la más honda experiencia religiosa; son el exponente máximo de la poesía mística. Sus “Escritos breves” (Avisos, Dichos de Luz y Amor, Cautelas y Cartas), con que completamos esta obrita, son como el destilado de toda una experiencia vital lograda a lo largo de su propia subida al Monte de la Perfección, así como en el de acompañar a muchos en el ascenso hacia el mismo.